miércoles, 15 de marzo de 2017

¡¡ Tuva, mío !!




 ¡¡ TUVA, MÍO !!


Ésto era una vez un barbero que vivía en Tobos y, para ganarse la vida, iba cada quince días a afeitar a las distintas aldeítas que había en la comarca de Huebras ( Nerpio, Albacete ) zona limítrofe con la provincia de Jaén.

Este barbero, tenía que madrugar mucho para ir andando al lugar de su trabajo y, como entonces no tenía reloj, se orientaba por la posición del Lucero del Alba.
Cada vez que iba a afeitar paraba en una casa de una aldea y la vez siguiente, lo hacía en una aldea y casa distinta. Allí acudían los vecinos de los alrededores para afeitarse o cortarse el pelo.

En una de estas aldeas, tenían un perro muy grande, bastante grande. Cuando el barbero iba llegando, el perro ladraba y ladraba. ¡ Y venga ladrar ! Hasta que salía alguien de la aldea y llamaba al perro: " Tuva, ven aquí " Así ya podía entrar el hombre.

Ya estaba harto el barbero del recibimiento del perro. Un día y otro, un día y otro..., hasta que pensó en la solución.

La vez siguiente que le tocó ir a esa aldea, antes de llegar, cogió una buena piedra. Cuando empezó a ladrar el perrico, le lanzó la piedra al mismo tiempo que decía: - ¡¡ Tuva, míooo... !! . 
Y el perro se fue.

Ya, cada vez que el barbero volvía, cuando ladraba el animal sólo tenía que decir: ¡Tuva, mío ! 

Y así se libró del dichoso perro.

Y colorín, colorao, por la chimenea ha volao.


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Espero que os guste.

Un abracico.





domingo, 5 de marzo de 2017

LA MIJERA




LA MIJERA


¡¡ Otra planta !!

Un día bajé a mi patio para quitar las malas hierbas y me encontré con una mata de mijeras.
Tiene un nombre que viene del latín, pero yo la voy a llamar como le decimos por aquí y como lo he aprendido desde que era pequeña.

Antes de arrancarla le hice unas fotos.


 





Esta planta se extiende con mucha facilidad y es muy perjudicial para los sembrados.




Las espigas se pegan unas con otras. 
También se enganchan a la ropa. Si se te pega una mijera a un calcetín, más vale que lo tires porque no lo podrás limpiar del todo, siempre quedará algún pelillo de la espiga que te molestará.









Pero tiene algo bueno para jugar.






La mijera nacía, más o menos, al mismo tiempo que las moras de los zarzales.




Cogíamos bastantes espiguillas de las mijeras.





Las que fueran más gordas y consistentes y con cuidado de que no se pegaran.





Las de mi patio eran finas y poco pobladas.





Y pegándolas, hacíamos cestas o esportillas para echar las moras que cogiéramos después. 





Otro entretenimiento de mi infancia.




Con las pocas que recogí en mi patio... 





 hice una cesta y una espuerta.




Las fotos no están bastante nítidas.




Se me olvida ponerme las gafas cuando hago fotos.




Y me tiembla un poco el pulso cuando sujeto la cámara con una mano.

Pero bueno, a lo mejor me disculpáis.
Lo hago con todo el cariño.

A ver si os gusta.

Un abracico.